El gobernador planea construir el nuevo estadio con colaboración de CEMEX y una empresa llamada “Juego de pelota” que dice tener oficinas en Nueva York, algo que no es del todo cierto.
Luego de una jornada de viajes al extranjero, Samuel García llegó con una impresionante energía para dar comienzo a dos de sus proyectos más ambiciosos: la Línea 6 de Metrorrey y el nuevo Estadio de Tigres; pero al mismo tiempo, el gobernador es objetivo de un juicio iniciado por el Congreso local y corre el riesgo de perder el trato de ubicar la “gigafábrica” de Tesla en Nuevo León, ¿este es otro caso de “pantallas de humo” para ocultar lo que perjudique a su imagen?
El góber es activo en sus redes sociales y está comprometido en mostrar cada avance de sus proyectos, pero esta vez le salió el tiro por la culata. Entre sus publicaciones se encuentra un documento sobre la construcción del Estado de Tigres en el que apareció el nombre de la empresa encargada del proyecto, “Juego de pelota” y su ubicación en avenida Garza Sada; no obstante, basta con una breve búsqueda en la red para dar con la página oficial de esta empresa que indica una dirección de Nueva York. La información no concuerda.
La incongruencia en los documentos es una pista de la simpatía que Samuel García tiene por utilizar “empresas fantasma”, ya que no es la primera vez que son descubiertas sus “travesuras”, lo mismo ocurrió con los proveedores contratados para entregar los camiones. El gobernador lo hizo otra vez y probablemente se salga con la suya como siempre.
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