Industrias regias apuestan al uso de aguas tratadas

“Las empresas, son muy cuidadosas con el uso del agua, la mayoría lo hace por convicción, otras lo hacen porque es lo correcto”, dijo Horacio Martínez, director en el Instituto para la Protección Ambiental de Caintra.


Los procesos eficientes y la reutilización del agua forma parte del ideario de las empresas regias en favor de la rentabilidad y la sustentabilidad de sus negocios.

“Extraen (el agua), le dan un tratamiento para llevarla a la calidad requerida para su proceso, la utilizan y tienen una captura donde esa agua la recuperan y vuelven a meter al inicio del proceso”, explica Horacio Martínez sobre la forma en que la industria de Nuevo León hace uso de sus plantas tratadoras de agua, antes de devolverla a la popular “línea morada”.

El director en el Instituto para la Protección Ambiental (IPA) de Caintra comparte que este proceso, que las empresas llevan a cabo antes de que el líquido sea devuelto a las tuberías de agua residual de Agua y Drenaje de Monterrey, forma parte de un compromiso con la sustentabilidad. A pesar, dice, de que la industria solo consume el 4 por ciento del agua que se utiliza en Nuevo León.

“Las empresas, son muy cuidadosas con el uso del agua, la mayoría lo hace por convicción, otras lo hacen porque es lo correcto, otras tantas porque es una exigencia de sus grupos de interés, de sus clientes, que buscan cadenas de suministro sustentables”, señala.

El director del organismo dependiente de la Cámara de la Industria de Transformación de Nuevo León destaca que el sector industrial ha invertido mucho dinero en mejorar y hacer más eficientes sus procesos, principalmente las grandes empresas.
“La industria del refresco tiene estándares mucho más altos que otros países del mundo; la industria de la cerveza, pero también la manufactura”, afirma.

Actualmente, la industria aprovecha en un 66 por ciento la disponibilidad de agua residual que ofrece el organismo operador de agua en el estado para este sector, señala.

Sin embargo, el reto mayor, dice Martínez es para las pequeñas y medianas empresas, pues una planta de tratamiento puede costar alrededor de un millón de dólares, con un largo periodo de construcción que puede ir de tres a cinco años.

Es ahí donde el IPA, apoya a los empresarios a “pensar qué parte de su proceso pueden migrar, a ser más eficientes y también el platicar con sus clientes para que se apoyen”.

Hay, comenta, “créditos que se pueden conseguir para la modernización de plantas”. Hacerlo significa mayor rentabilidad, aunque advierte, se tienen que sortear temas como es la extensión de las tuberías de aguas residuales.

“El agua tratada es la alternativa más sustentable y financieramente es la que más sentido tiene”, pues dice, para las empresas el agua más cara es la que sale del grifo.

FUENTE: ABC NOTICIAS.